Tombuctú es una amarga, dura y hermosa historia humana, contada por un perro. Se trata de una de las novelas de Paul Auster. En ella Mister Bones, un perro callejero, cuenta los últimos días junto a su dueño, un vagabundo cada vez más enfermo.
Siempre he sentido simpatía hacia la imagen de un vagabundo acompañado por su perro, compartiendo penurias y libertad.
Pero este verano, he encontrado mendigos junto a sus perros solicitando limosna, donde los animales me han parecido más un medio que una compañía.
En esta otra imagen, el dueño se aproxima por el fondo.
No obstante, aprovecho para recomendar a todos los amantes de los perros que todavía no lo hayan hecho, la lectura de Tombuctú. Un libro que ayuda a entenderlos un poco mejor y donde se desprende que para un perro, su amo es su referencia, su mundo y su principal motivo de vida y si el amo desaparece, se sienten perdidos, desorientados, confundidos y ansiosos.
¡Ojalá mucha gente (incluidos los que tenemos perros) entendiéramos esto a la perfección! Nadie abandonaría a un perro nunca más.
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