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También me hace reflexionar sobre el famoso personaje del conejo blanco de Alicia, que no para de correr cronometrándose a sí mismo para llegar a tiempo a algo muy importante para él (recalco lo de para él) y evitar que la Reina de Corazones le corte la cabeza. Aquí el conejo deja de tener vida propia. Vivir para correr hasta reventar ó hasta acabar sin cabeza.
Pero a estas alturas de mis reflexiones apareces tú. Quizás con un buen perro a su lado, Conejo no hubiera salido corriendo, ó se lo hubiera llevado como compañero de aventuras (recuerdo Tombuctú). Puede que con un compañero así, hasta el conejo blanco hubiera perdido el cronómetro jugando con él.
En fin, querido Rex, que como dijo Rubi en uno de sus post, menos mal que en nuestra vida hay niños, perros, libros y música, ó en su defecto puede haber sol, libertad y una pequeña flor azul, como dijo Andersen. Además, vivir así es un buen remedio contra la crisis.