Esta vez el camino nos ha llevado hasta el Castillo de Aín, en pleno corazón de la Sierra de Espadán.
Rex está junto a un hueco en la muralla del antiguo Castillo del siglo X, el pueblo de Aín está al fondo. Hoy lo han confundido con un perro de agua. Demasiado tiempo sin peluquería, pero es un espíritu salvaje. He tenido que explicar que es un schnauzer standard. Ni gigante, ni mini. Standard. Como dice nuestra amiga Rubí: "buenas patas y cuidadosos con el terreno, nunca se atoran o se avientan con torpeza, pocos accidentes".
Aquí nuestro objetivo.
A los que tengáis ocasión, os recomiendo el Parque Natural de la Sierra de Espadán. Un buen lugar para desconectar y recargar de Naturaleza todos los poros.
Mi amiga la brújula. La mejor herramienta de los espíritus libres y románticos. Y mejor si se acompaña de un buen mapa topográfico, y la compañía de un buen perro.