Una vez más caminando en dirección Este por un Barranco tranquilo en una Sierra tranquila. Bien acompañado por mi fiel Rex. Un perro fuerte y sederista al que no le sienta nada bien quedarse tumbado en casa.
El Barranco de la Falaguera en la Sierra de Espadán, es un lugar de gran belleza y valor botánico. Se disfruta especialmente en Otoño y si es posible, tras una noche de tormenta.
Yo veo a Rex como a un lobito. En muchas ocasiones se comporta como tal. Suele ir por delante dirigiendo la marcha y comprobando si le sigo. Si toma la bifurcación equivocada, rectifica y vuelve a colocarse por delante de la marcha. En sus idas y venidas como explorador, acaba haciendo muchos más kilómetros que yo, y al final, tiene que tumbarse a descansar a la sombra.
La Masía de La Mosquera. En otro momento contaré lo que sucedió con Rex en esta casa abandonada.