No hay nada como refrescarse en la fuente, después de un paseo por el campo disfrutando de un maravilloso día primaveral.
Reconoce Rex, que eres un poco cabezota, como buen schnauzer. Llegamos a la fuente y no querías beber. Con lo peludo que estás y el calor de este pletórico día, necesitabas refrescarte. Pero tú que no. Así que recordé que cuando en casa me ves que me levanto a beber un vaso de agua en la cocina, te falta tiempo para ponerte a beber en tu bebedero. Dicho y hecho, me puse en la fuente y acabamos bebiendo sincronizadamente.