Al principio fue solo una sospecha, pero ahora estoy convencido de que mi perro Rex es un pelota.
Por ejemplo, se acerca con su trotecillo de bailarina del Bolsoi, te mira con esa carita como si fuera todavía un cachorro y de un saltito se sube a la cama y comienza a hacer monerías.
Conclusiones:
Primera. Es un pelota.
Segunda. Esa noche duerme en la cama.