Esta mañana he aprovechado el paseo matinal con Rex para pasar por la farmacia y comprar un antitérmico y un jarabe para mi hija, que está con faringitis.
Aún sabiendo a lo que me exponía, que ya os lo imaginareis, he pensado lo absurdo de tener que dejar a Rex en casa y volver a salir para ir a la farmacia.
Eran las nueve y media de la mañana, no había ningún cliente en la farmacia, el mostrador vacío. Pese a que todo me resultaba favorable, no he querido tentar a la suerte y desde la puerta he gritado todo lo amablemente que he sabido -¡¡¡Buenos días!!!
Al ver la cara de la dependienta ya he sabido lo que me esperaba. No obstante he preguntado a la vez que miraba a Rex, el cual cumplía la orden sit a la perfección -¿Podemos pasar?- A lo cual, con cara de hablar con unos apestados nos ha respondido -No, no. Les atiendo desde ahí-
Podía haberme largado sin más, pero con los años, uno se va haciendo práctico, y he considerado que en cualquier otra farmacia la historia podría repetirse. Así que le he devuelto la mirada fulminante, he pedido, me ha acercado las medicinas a la puerta y me he largado. Todo esta escena sin que hubiera un solo cliente al que pudiera molestar.
¿Absurdo, no? De acuerdo que habrán perros que no cumplan condiciones para entrar en una farmacia, pero lo mismo se puede aplicar a las personas. Rex y yo hemos realizado juntos un curso de educación urbana para perros promovido por Arcadys con la colaboración del Ayuntamiento. Estamos propuestos para visitar residencias como perro y guía de terapia para mayores. Y sin embargo ¿no podemos entrar en una farmacia?
El concepto de perro de familia ya no tiene nada que ver con el de los perros del pasado. Me parece bien que se reserve el derecho de admisión a los perros, igual que a las personas, pero no negárselo porque sí. Creo que merecemos una nueva reglamentación y acercarnos más a nuestros vecinos europeos.
Por mi parte voy a hablar con Arcadys para proponerles como idea, que quien supere con nivel el curso que imparten, disponga de un carné para entrar en establecimientos. Renovable cada cierto tiempo y por supuesto prevaleciendo el derecho de admisión justificado.
Por favor. Alusino con estas cosas. Y porque tú has sido educado porque si soy yo entro sin preguntar. Y que me diga algo. Es que a veces tengo una mala leche.
ResponderEliminarNo he tenido nunca problemas de entrar en la farmacia con mi adorable perrita, tambien ellos necesitan medicinas pero si me encontrara con alguna asi, no vuelvo ellos pierden mas.
ResponderEliminarLo que he tenido problemas son en las terrazas de los restaurantes.
Con cariño
Mari
Tras leer vuestros comentarios, la próxima vez, de no ser que tenga un cartel prohibiéndolo expresamente, pienso entrar con Rex donde haga falta y sin preguntar. Y como bien dices Dulce, "Y que me diga algo".
ResponderEliminar¿Y de la playa qué me dices?
ResponderEliminarEso si que me parece ridículo... y me ofende tanto!
Hay que luchar un poco por estas causas...
un beso para los dos
es una injusticia, y más en el caso de Rex, por lo que cuentas del curso.
ResponderEliminarSi algunos nos miran mal en los parques imagina ya en una farmacia...
Yo no tengo problema en la farmacia de al lado de casa. Pero tengo controlados los sitios en donde me dejan estar con ella aunque esté prohibido. Lo más absurdo que me he encontrado es que no me dejan estar en una terraza en la calle con ella.
ResponderEliminarCreo que ahora que los perros andan más con nosotros se hace mas clara la actitud irracional antiperro. Ya no hay ningún buen pretexto sólo que no los quieren cerca. A nosotras que salimos en bola a veces nos ven feo, o como son perras grandes, se hacen a un lado. Antes paseaba a un amoroso pitbull y la cara de la gente al pasar era impresionante. Siempre he pensado que mis perras, y sobre todo Ludovico, tienen más educación que algunas personas. Yo les grito a mis perras, vente para acá que te va a morder la señora. Sí soy un poco grosera, pero es necesario defender su derecho a compartir la vía con las personas. Además Rex tan caballero, qué ofensa...
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente. La situación que has descrito la he vivido varias veces, el de no tener que salir dos veces para acercarme a la farmacía o a la panadería.
ResponderEliminarYo no suelo preguntar si puedo pasar,cojo el perro en brazos y ¡adelante! De momento, la respuesta que he obtenido es justo la contraria, me dicen: puedes ponerlo en el suelo. De todas formas no abuso de estas situaciones. Me gusta tu blog, Byron y yo nos quedamos por aquí.
Un abrazo.