Y como todas las noches, acabo dándole un estrujón.
Nadie aprecia tanto lo especial que es tu conversación como lo hace tu perro. Christopher Morley.
domingo, 30 de noviembre de 2014
El hombre que sigue susurrando a su barbudo
Cuando llega la noche, ese momento mágico en que suena el gong hasta el nuevo asalto del día siguiente, cuando el resto de la manada duerme, es cuando la conversación con Rex se convierte en un susurro. -Ahora toca descansar, cada vez me lo paso mejor jugando- me dice con su mirada. Y yo le susurro que es un buen perro.
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Y como todas las noches, acabo dándole un estrujón.
Y como todas las noches, acabo dándole un estrujón.
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