Quizá un título más adecuado para este post sería: "El schnauzer que cambió el pienso por las ensaimadas", pero creo que Rex va siendo cada vez más el mismo, más...cazador.
Todo comenzó un buen día, en el que nada hacía presagiar lo que estaba a punto de suceder. Me disponía a desayunar unas ensaimadas, las dejé en el banco de la cocina y mientras terminaba de salir el café fui a vestirme. regresé corriendo a la cocina cuando oí la cafetera, apagué la encimera, me serví el café con leche y cuando fui a echar mano de las ensaimadas,...HABÍAN DESAPARECIDO...!!! Miré a Rex y puso una de esas caritas que todos los dueños de schnauzers conocéis de no haber roto nunca un plato, y se relamió.
Desde ese día Rex ya no ha vuelto a ser el mismo. Ahora Rex es un cazador, un depredador...de ensaimadas... y de todo lo comestible que en un descuido pueda quedar a su alcance. Lo divertido es que sinceramente, no creo que le gusten demasiado las ensaimadas, ni muchas de las cosas que trata de atrapar, más bien creo que ha descubierto un entretenimiento producto de sus instintos de supervivencia de sus antepasados sean lobos o perros salvajes.
Y sabéis qué? Que no me parece mal, de hecho hasta dejo cosas y simulo algún despiste para que las "cace". Creo que Rex lo sabe, pero los dos hacemos como que no, cada uno en su papel.
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