Comparto la entrada de Rex en su blog "Schnauzer gris sobre fondo rojo" de las Navidades de 2009.
En estos tiempos difíciles, los humanos celebran una fiesta donde por narices tienen la obligación de ser felices y estar alegres. Iluminan las calles, cantan villancicos, reunen ó llaman a toda la familia y amigos, comen con exceso y se regalan hasta lo más superfluo. Como schnauzer que soy, no comprendo esta imposición. Es más, veo mucha gente que lo pasa especialmente mal en estas fechas. El vuelve, a casa vuelve, por Navidad, martillea en los oídos de los que han sufrido una pérdida irreparable. Los que tienen graves problemas económicos, agravan su frustración en estas fechas especialmente consumistas. Y en general, todo aquel que no se involucre dentro de la fiesta parece que se convierte en un bicho raro.
Comparto la indiferencia de Desdichado.
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