Me levanté del sillón y fui directo a la estantería repleta de libros. Elegí uno al azar. Una vez en mis manos, lo recordé en las de mi padre más de treinta años atrás. El factor humano de Graham Green. Miré la fecha de edición y al mismo tiempo sentí un escalofrío. Era el último libro que mi padre leyó. Mejor dicho, que estaba leyendo, porque el marcapáginas seguía allí, en la página 42, apenas comenzado. Tenía delante de mis ojos las últimas líneas de las que mi padre disfrutó de su pasión que era la lectura. El factor humano, la importancia de la vida personal que tengo tan olvidada.
Nadie aprecia tanto lo especial que es tu conversación como lo hace tu perro. Christopher Morley.
jueves, 10 de octubre de 2013
El factor humano
Me levanté del sillón y fui directo a la estantería repleta de libros. Elegí uno al azar. Una vez en mis manos, lo recordé en las de mi padre más de treinta años atrás. El factor humano de Graham Green. Miré la fecha de edición y al mismo tiempo sentí un escalofrío. Era el último libro que mi padre leyó. Mejor dicho, que estaba leyendo, porque el marcapáginas seguía allí, en la página 42, apenas comenzado. Tenía delante de mis ojos las últimas líneas de las que mi padre disfrutó de su pasión que era la lectura. El factor humano, la importancia de la vida personal que tengo tan olvidada.
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