miércoles, 18 de abril de 2012

Hermano Sol, hermana Luna


Soy un fans de San Francisco de Asís. Estoy leyendo el libro de René Fülöp - Miller, titulado "Francisco", del que extraigo el siguiente pasaje:

En el año 1213, Francisco trató con un pescador, que le llevó a través del lago Trasimeno hasta la deshabitada isla Maggiore, donde se proponía pasar en silencio y meditación cuarenta días.
Una noche, cuando alzó los ojos, vió una liebre echada a su lado, que le observaba atentamente y no daba muestras de temor o recelo. Francisco la acarició suavemente, y la liebre se quedó con él; durmió en su compañía y, por la mañana, despertó con él, descansando tranquilamente. Cuando Francisco, paseaba alrededor de la isla, la liebre venía saltando tras él; y cuando recogía hierbas y hojas frescas para su nuevo compañero, este las comía de su mano. Una honda amistad surgió entre el solitario silencioso y la liebre. Francisco pasó cuarenta días en la isla Maggiore en su compañía, y cuando el pescador volvió para llevar de nuevo a Francisco entre los hombres, al abandonar la isla, Francisco le dijo a la liebre: "Adiós,hermano de los labios temblorosos".

Rex bien pudiera ser el hermano hocicudo, y siento que entre ambos se ha establecido una relación mística como la que Francisco encontró en la isla Maggiore con el hermano de los labios temblorosos.

sábado, 14 de abril de 2012

Un schnauzer llamado Rex


Puse a Rex la correa y caminamos por el paseo de los altos tilos. Y mientras tanto miraba al cielo por encima de la copa de los árboles, y me sentí minúsculo, confundido con el universo, pensé, y entre tanto los astros giran, el universo está en movimiento, y tal vez alguien nos esté mirando desde un observatorio infinito.

lunes, 9 de abril de 2012

Rex y yo


Rex es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Rex?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paseo junto a él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

— Tiene acero...

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.


Emulando a Juan Ramón Jiménez y su obra en prosa poética Platero y Yo.

domingo, 8 de abril de 2012

Schnauzer con peluche

Los schnauzers son unos guardianes innatos, pero con un fuerte encanto. En muchas ocasiones veo fotos de schnauzers que parecen auténticos peluches. Esta es la polivalencia del schnauzer standard. Rex no es un schnauzer que parezca especialmente un peluche, sino que más bien parece un perro con los que Roald Amundsen llegó al Polo Sur (leer esto le sube la moral a Rex). Sin embargo, Rex tiene un amigo de peluche, con el que, muestra de su madurez, cosas de la edad, se lleva fenomenal, ya que no mucho tiempo atrás, el peluchín le hubiera durado a Rex unos cuantos segundos.





Toda esta historia de Rex y su peluche, la cuento, porque hace unos días, alguien de una red social, que no es facebook (donde todos nuestros amigos hasta ahora son serios), nos solicitó amistad, indicando que también tenía un schnauzer, del que nos adjuntaba una foto. Desde el principio observé algo artificial en la foto del schnauzer y por extraño que parezca, me convencí de que era la foto de un schnauzer de peluche con un realismo extraordinario. Así que solicité al amig@ que nos enviara otra foto de su lindo schnauzer en otra posición, tras lo cual desapareció y no me dejó siquiera posibilidad de acceder a sus fotografías, por lo que lamentablemente no puedo dejar constancia de la perfección del schnauzer de peluche. He buscado en Internet imágenes de peluches que se aproximaran a tal grado de realismo, sin éxito alguno. Es un misterio digno de un relato fantástico de Guy de Maupassant, que se podía titular "El schnauzer de peluche cobra vida" o algo así.
Conclusión, como dice Rex, algunos humanos tienen un comportamiento extraño. Rex me dice que puede entender que alguien le hable a un peluche, sea schnauzer u osito blanco, pero de ahí a presentarlo como si fuera real...

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