A veces se produce el milagro y Rex se convierte en un perro paciente.
En ese momento se sienta y se dispone a que conversemos.
Rex no es un perro que obedezca de manera mecánica. Lo hace si considera que merece la pena hacerlo,si se lo pides con educación y si te considera digno de respeto. A Rex hay que ganárselo, de ahí el éxito de nuestra relación y la intensidad de nuestra conversación.
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