Como sabes, me gusta la música Barroca, la viola de gamba y la película Tous Les Matins du Monde. Por eso, hoy quiero conversar contigo sobre la búsqueda de la perfección.
Por un lado tenemos a Sainte Colombe. Alcanzó la perfección tocando la viola de gamba hasta el punto de comunicarse con su mujer fallecida. Una vida la de Saint Colombe de búsqueda de la naturaleza y de la elevación espiritual, llegando al misticismo a través de la dedicación de quince horas al día a tocar la viola de gamba.
Por otro lado, tenemos a Marin Marais fue el discípulo aventajado de Sainte Colombe aprendió parte de su técnica, pero la hizo más comercial (para su época claro) y le robó a Sainte Colombe lo que más quería, su hija favorita. Alcanzó la fama y el reconocimiento de su época y pasó a la posteridad.
Dos polos dentro de cada uno de nostros. Maestro y discípulo. La espiritualidad y el pragmatismo. La elevación de nuestra alma y la pugna por no descolgarnos en la sociedad. El verdadero Espíritu de la Navidad y las compras en El Corte Inglés. Sin uno no existiría el otro. Por eso pese a perder a su hija, Sainte Colombe nunca odió a Marais. A él le bastaba asirse a su viola de gamba.
Ahora vamos Rex, es hora de pasear.
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