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lunes, 22 de agosto de 2011

Atardecer con Schnauzer







No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
Se que estos atardeceres juntos en el corazón de la Sierra de Espadán, los recordaremos con cariño durante los próximos días de la rutina diaria.
El vínculo humano-cánido, necesita un tercer vértice, que es la Naturaleza. Hombre-Perro-Montañas, este es el triángulo equilátero. Es aquí donde se formó el vínculo, y aquí es donde se refuerza, viendo lo insignificantes y parecidos que somos. Hermano Sol. Hermano perro.

miércoles, 8 de junio de 2011

El aullido del schnauzer

Rex aulla. Y su aullido me hace pensar en sus orígenes de lobo. Es un aullido que sale desde su alma (si los humanos la tenemos, estoy seguro que ellos también), y suena al Officium defunctorum de Tomás Luis de Victoria. Es un sonido místico que sobrecoge, que me hace entender el sentido sagrado que los perros tenían para civilizaciones tan adelantadas para sus épocas como la azteca o la egipcia, donde guiaban a sus amos en su peregrinar hacia su nueva vida. Seguramente, los perros saben más de lo que nos espera en el más allá. Desde luego más que nosotros, que hemos perdido la conexión cósmica que nuestros antecesores tuvieron. Me imagino una experiencia fuera del espacio y del tiempo, reencontrándome con mi perra dálmata y que junto con Rex pudiéramos pasear y jugar en un planeta desconocido, como un David Bowman perruno. Pero el transbordador Endeavour ha afrontado su última misión, y cada vez estamos más lejos de encontrar al monolito.
Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem revertis.

miércoles, 28 de julio de 2010

"Nachwaechter-Brunnen" Stuttgart, Germany

La "Nachwaechter-Brunnen" es una fuente con una estatua situada en Stuttgart, que data de 1.620. Se trata de un vigilante nocturno, oficio que en aquella época debía ser casi tan peligroso como ahora. Si nos fijamos en el detalle del personaje, podemos deducir su trabajo nocturno por el farol que lleva en una mano, mientras que en la otra va armado con una alabarda, de lo cual deducimos la peligrosidad de su oficio.

Pero el vigilante no está solo. A sus pies un perro acechante le protege. Se trata de un primitivo Schnauzer. Todos los que vivimos con un Schnauzer, podemos sentir la tranquilidad que le debía infundir a nuestro Nachwaechter. El origen del Schnauzer estándar se remonta al siglo XV y desde el principio, su relación con el hombre ha sido como guardia de confianza y buen perro de familia. En la Alemania de los siglos XV y XVI, los granjeros que salían a comerciar sus productos, los utilizaban para proteger sus carretas. Estos perros de guardia demostraron desde el principio ser resistentes y fiables, y eran de un tamaño que no ocupaban demasiado espacio en el carro, siendo sin embargo muy feroces para repeler el robo y defender a sus dueños.

Así pues, el dueño de un Schnauzer, como desde 1.620 nos muestra la "Nachwaechter-Brunnen", encontrará en él , un atento guardián y un excelente compañero en la vida cotidiana, muy cariñoso con su familia, que siempre le será fiel y defenderá su propiedad, alejando a los extraños, ya que ésta era su tarea antiguamente.
Próximamente..."El Centinela".

miércoles, 14 de julio de 2010

Buen perro

El mundo es hostil. Hubo una época en la que tuve un gran maestro. Yo era su pequeño saltamontes. Él me preparó física y mentalmente para sobrevivir.
Tú que desciendes de los lobos me comprendes. Estás genéticamente listo para guardar y proteger a tu familia.
Ahora que el círculo comienza a cerrarse, echo de menos a mi maestro.
Por eso cuando me asaltan las dudas, pienso en que al finalizar la jornada, cuando me acueste, oiré tus pasos lentos y acompasados al acercarte y te oleré cuando te tumbes junto a mi cama. Entonces mientras respiras profundamente, te acariciaré y tu calma se prolongará en mi calma. Y en ese instante místico entre iguales te diré: "buen perro".

sábado, 1 de mayo de 2010

101 entradas

101 Conversaciones con Rex. Mi entrada favorita En recuerdo de Tania y mi homenaje a la que fue mi compañera durante tantos años ha sido volverme a fotografiar con Rex en la misma roca.
Tempus fugit. Pasado y presente. La roca inalterable, nosotros no tanto.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Schnauzer y piano

Uno de tus lugares favoritos para descansar; junto al piano.
Tu mismo has decidido que es el objeto más valioso de nuestra casa. Desde el día que descubriste que no era un mueble más, cuando escuchaste las melodías que se podían sacar de su interior, las vidas que lleva dentro, esperando como el arpa becqueriana que el genio las despierte y nos haga vibrar con ellas.
Por eso te gusta tumbarte junto a él, y mirarlo con un ojo entornado mientras duermevelas.
Quizá, cuando determinadas notas te hacen aullar, como marcan los cánones, sentado ante el piano y levantando la cabeza hacia La Luna, la melodía te traslada a esas otras vidas en las que, tal vez, como lobo, contemplabas la naturaleza salvaje desde la cima del mundo.
Por eso, amigo Schnauzer, cuidalo. Cuidalo bien, porque algún día, ese instrumento será testigo mudo de lo que fuimos y de lo que vivimos juntos en nuestro hogar. Testigo de lo que algo ó alguien, (hoy no, aún no, todavía no), acabará robándonos.

sábado, 11 de abril de 2009

En recuerdo de Tania

Hola Rex, hoy para variar, no eres el protagonista. Hoy quiero hablar de Tania, mi primera perra. Era una dálmata. En mi infancia siempre tuve predilección por 101 dálmatas. Mi perro favorito era Pongo. Sin embargo, por circunstancias en las que no voy a extenderme, quien llegó a mi vida fue una hembra con las manchas marrones, a la que llamamos Tania. Tú Rex, me has conocido cuarentañero (que no cuarentón), con libros de etología a mis espaldas, foros, cursos de educación urbana para perros, blogs,...Sin embargo, cuando Tania llegó por sorpresa a mi vida, yo tenía 16 años, no hacía muchos años que había perdido a mi padre y tenía como objetivo una larga carrera en el Politécnico. Tania fue una compañera y amiga con quien compartí unos años duros donde el culo se me quedó tan plano de las horas que me pasé ante el flexo estudiando, que no había deslizamiento posible ante el plano nada inclinado del asiento.

Era y sigo siendo una persona de costumbres. Cuando algo funciona, prefiero no variarlo. Así que estudiaba siempre en la misma habitación, ante la misma mesa, con el mismo flexo, sobre la misma silla y lo más importante siempre junto a mi compañera y amiga Tania, que día tras día se pasaba las horas tumbada a mi lado sobre su cojín, mirando con complicidad cada vez que levantaba la vista de mis apuntes. Y la cosa funcionó desde el principio, sobre todo cuando aprobé el primer examen en el Politécnico y fui más consciente de que mi objetivo era posible.
Esta es la foto del primer examen aprobado, a medias con Tania.



Cada verano, después de subir un peldaño que me acercaba más a la meta, llegaban tres meses de vacaciones en Segorbe, donde los días al principio se hacían eternos, pero al cabo de dos semanas los días pasaban volando, a fuerza de la rutina. Era como Hans Castorp haciendo una cura de reposo en la Montaña Mágica (Thomas Mann). Época de largos paseos con Tania por el río y las montañas. Horas de lectura de autores del XIX: Stendhal, Balzac, Novalis, Goethe y su inolvidable Werther.

Hasta que un año terminé el último curso y sin vacaciones aterrizamos en Palma de Mallorca. A Tania no le gustaba nada cruzar el charco, pero la nueva ciudad le encantaba. Un año después un nuevo destino en Alcoi. Pero al segundo año de vivir en Alcoi, tras once años juntos y tras dos operaciones, se le acentuó rápidamente una grave dolencia detectada tres años antes y la perdí. Le hicimos una caja de madera y la enterramos junto con sus juguetes favoritos y mi carta, bajo un gran olivo en una montaña muy cercana a Alcoi.

Catorce años después apareciste tú, Rex, mi segundo perro.

domingo, 19 de octubre de 2008

Una tarde de otoño de 1.964

Nací una tarde de otoño de 1.964, es decir, en el siglo pasado. Cuando un resfriado se podía complicar y enviarte al otro barrio. Cuando las urgencias médicas consistían en que tus padres te llevaran a la fría consulta de un supuesto médico especialista endiosado, al que se le obsequiaba con un bonito detalle por Navidad. Cuando los profesores eran respetados y cuando la televisión era en blanco y negro.

Recuerdos de recortables, de paseos por la escollera del puerto a hombros de papá, de muchas historias reales en blanco y negro. Protagonistas como Popeye ó Phillip Marlowe, que tenía el aspecto de Humprhey Bogart con gabardina.
Años por delante de esfuerzo y sacrificio, porque sabes que nadie te va a regalar nada y te han preparado para ello.
Carga genética de sangre manchega, con el sentido trágico de la vida y un humor especial.

miércoles, 30 de julio de 2008

Mi poema favorito es de Philip Larkin

Home is so sad..

Home is so sad. It stays as it was left,
Shaped to the comfort of the last to go
As if to win them back. Instead, bereft
Of anyone to please, it withers so,
Having no heart to put aside the theft...
And turn again to what it started as,
A joyous shot at how things ought to be,
Long fallen wide. You can see how it was:
Look at the pictures and the cutlery.
The music in the piano stool. That vase...





El hogar es tan triste..

El hogar es tan triste. Permanece como se dejó,
Fija huella del placer de los últimos,
Como si recuperarlos pudiese. Acaso, privado
De agradar, se marchita
No teniendo corazones para proteger del robo..
Y retorna al principio otra vez,
Como disparo alegre a la certidumbre
De un tiempo remoto. Puedes ver como fue:
Mirar las fotografías y los cubiertos.
La música sentada al piano. Aquel florero.


Traducido por mi mujer.

martes, 10 de junio de 2008

El Parterre

El parterre es tan triste. Aquel niño sentado solo en el banco cercano a la Estatua. Su padre ya no está. Nunca más estará. La música de la fuente no tiene cuerpo, pero la siente. Y la Estatua le mira. Le señala un lugar lejano en el horizonte donde las flores son azules y los atardeceres dorados. La melodía vuelve y le eleva.

El parterre es tan eterno. Aquel hombre mirando el banco cercano a la Estatua. Su madre ya no está. Nunca más estará. Los paseos están vacíos. Aquella pelota cubierta de barro entre las hojas. La Estatua le sonríe y le abre la puerta del tiempo. Ve al niño en el banco y se sienta junto a él. La melodía vuelve y le eleva y su garganta se llena de emoción y sus lágrimas condensan su alegría.

La madre del niño llega. No le gusta que su hijo hable con desconocidos. Le coge de la mano y se marchan. Ahora el hombre está sentado solo en el banco cercano a la Estatua. La puerta del tiempo se ha cerrado.

domingo, 3 de febrero de 2008

La vida no es fácil

La vida no es fácil. Tiende a complicarse. Los problemas llegan solos. Las tristezas nos acechan y tarde ó temprano nos alcanzan. A mí , por ejemplo, me alcanzó hace dos años. El tiempo ayuda. En aquel momento compré a Rex. Lo separaron de su madre y su camada y me lo enviaron en un transportin por MRW. Al recibirlo, una semilla de alegría y esperanza germinó en el desierto de la noche de mi alma.

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