Rex demostró más sentido común (instinto ante el peligro) que el resto de la manada en la cual me incluyo, y no consintió en bajar a la Cueva del Estuco, localizada en la Sierra de Espadán. La entrada es tan estrecha que no pudimos entrar con las mochilas, así que Rex se quedó vigilante ante la Cueva del Estuco. Cumplió bien su tarea y ningún extraño se acercó a nuestras pertenecias. Dentro un lugar místico (cuando no hay demasiados domingueros boceando) y oscuro.
Nadie aprecia tanto lo especial que es tu conversación como lo hace tu perro. Christopher Morley.
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domingo, 16 de septiembre de 2012
viernes, 14 de octubre de 2011
Retorno al Castillo de Almonecir
lunes, 22 de agosto de 2011
Atardecer con Schnauzer






No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
Se que estos atardeceres juntos en el corazón de la Sierra de Espadán, los recordaremos con cariño durante los próximos días de la rutina diaria.
El vínculo humano-cánido, necesita un tercer vértice, que es la Naturaleza. Hombre-Perro-Montañas, este es el triángulo equilátero. Es aquí donde se formó el vínculo, y aquí es donde se refuerza, viendo lo insignificantes y parecidos que somos. Hermano Sol. Hermano perro.
viernes, 12 de agosto de 2011
Pico Espadán
El Pico Espadán, con sus 1.106 metros de altitud, es el punto más elevado de la Sierra a la que da nombre. Rex mostró su polivalencia, y pese a ser un perro urbanita, fue el primero en llegar a la cumbre. En los últimos repechos, pedregales con mucha pendiente y bosque bajo, se adelantaba y lo perdíamos de vista, pero al rato, tras unos instantes de preocupación por mi parte (la llamada de lo salvaje), al ver que no le seguíamos, volvía a buscarnos.
Una vez en la cumbre, con el objetivo cumplido, mientras el resto de la expedición disfrutabamos de las vistas, Rex aprovechaba para reposar entre el abrigo de unas rocas de la propia cima.
En el último paseo de la noche, ya en la ciudad, Rex renqueaba un poco, pero al día siguiente ya no se le notaba.
Una vez en la cumbre, con el objetivo cumplido, mientras el resto de la expedición disfrutabamos de las vistas, Rex aprovechaba para reposar entre el abrigo de unas rocas de la propia cima.
En el último paseo de la noche, ya en la ciudad, Rex renqueaba un poco, pero al día siguiente ya no se le notaba.
lunes, 1 de agosto de 2011
Barba Roja
Así se le quedó la barba a Rex, después de un buen revolcón en el camino de piedra de rodeno triturada, en plena subida al Pico Espadán.
Aprovechando la niebla, hoy 31 de Julio de 2011, ha sido la subida al Pico Espadán.
Rex se ha portado como un campeón hasta la cumbre, aunque ahora está un poco renqueante. Ya os cuento.
Pondré fotos en cuanto tenga tiempo.
domingo, 1 de mayo de 2011
Aín Castle
El contacto con la naturaleza se está volviendo una necesidad cada vez más fuerte. La semana laboral es dura e intensa y el cuerpo y la mente necesitan recuperar.
Esta vez el camino nos ha llevado hasta el Castillo de Aín, en pleno corazón de la Sierra de Espadán.




Aquí nuestro objetivo.

A los que tengáis ocasión, os recomiendo el Parque Natural de la Sierra de Espadán. Un buen lugar para desconectar y recargar de Naturaleza todos los poros.
Mi amiga la brújula. La mejor herramienta de los espíritus libres y románticos. Y mejor si se acompaña de un buen mapa topográfico, y la compañía de un buen perro.
Esta vez el camino nos ha llevado hasta el Castillo de Aín, en pleno corazón de la Sierra de Espadán.
Rex está junto a un hueco en la muralla del antiguo Castillo del siglo X, el pueblo de Aín está al fondo. Hoy lo han confundido con un perro de agua. Demasiado tiempo sin peluquería, pero es un espíritu salvaje. He tenido que explicar que es un schnauzer standard. Ni gigante, ni mini. Standard. Como dice nuestra amiga Rubí: "buenas patas y cuidadosos con el terreno, nunca se atoran o se avientan con torpeza, pocos accidentes".
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