domingo, 30 de noviembre de 2014

El hombre que sigue susurrando a su barbudo

Cuando llega la noche, ese momento mágico en que suena el gong hasta el nuevo asalto del día siguiente, cuando el resto de la manada duerme, es cuando la conversación con Rex se convierte en un susurro. -Ahora toca descansar, cada vez me lo paso mejor jugando- me dice con su mirada. Y yo le susurro que es un buen perro.


Y como todas las noches, acabo dándole un estrujón.


Hasta mañana Rex.






miércoles, 26 de noviembre de 2014

Primitivo

Cada vez Rex sube y baja de mi cama con más confianza. O sube y no baja hasta que nos despertamos. Y apoyo mi mano en su costado sintiendo su respiración acompasada. Y me transmite su calma haciéndome sentir más primitivo. La mañana queda lejos. Ahora toca descansar.

domingo, 2 de noviembre de 2014

San Francisco de Asis. El amigo de los animales y patrono de los lobatos

Durante la adolescencia de Francisco, Asis, su ciudad natal se encontraba en guerra de liberación contra Alemania y por ello se vinculo a la milicia como soldado. En la Batalla de Collestrada, cayo prisionero, permaneciendo en la cárcel por un año; en este tiempo enfermo gravemente y luego de su enfermedad volvió a Spoleto donde decidió cambiar su forma de vida, luego de tener un sueño donde una voz le decía: "¿Dime, a quien debes seguir, al amo o al siervo?. Posteriormente volvió a Asís y comenzó un periodo de soledad y oración.
Francisco se dirigió luego a una arruinada iglesia llamada "San Damian" y una voz desde el crucifijo le dijo: "Francisco, reconstruye mi Iglesia". Francisco comenzó a vestir de túnica como los pobres y al ver esto once mas le siguieron; unos se dedicaron a cuidar leprosos, otros a jornalear pero sin recibir ningún dinero a cambio. Estos se llamaron a si mismos Franciscanos que querían servir a los pobres, los oprimidos y los incapaces.
Mientras Francisco se encargo con sus seguidores de reparar algunas capillas de su pueblo, entre ellas la de San Damian y la de la Porciuncula, muchos fueron los que se unieron a su labor y Francisco con ellos, quiso organizar una comunidad religiosa y pidió la aprobación al Papa Inocencio II quien se la dio después de haber tenido un sueño donde vio la Basilica de Letran inclinada a punto de caerse y sostenida por un frailecillo como Francisco.
Una vez en Gubbio, toda la gente comentaba con pavor todos los desastres que hacia un lobo y le rogaban a Francisco que no se le acercara. Este no les hizo caso y se dirigió hacia el animal que se le abalanzo con sus fauces abiertas. Pero Francisco hizo la señal de la cruz deteniéndole y haciéndole cerrar su boca y le dijo: "Ven aquí hermano lobo. En nombre de Cristo te prohibo que en adelante hagas daño a nadie" El lobo fue a echarse a los pies de Francisco y bajo la cabeza. Francisco le dijo: "Hermano lobo, he sabido de los atroces crímenes que has cometido en toda la comarca... por lo cual merecías justicia como el peor de los asesinos y es muy natural que los habitantes de Gubbio te aborrezcan. Quiero sin embargo reconciliarte con ellos."
El lobo en señal de aceptación de aquellas palabras le tendió su pata a San Francisco. Después de esto los habitantes de Gubbio se comprometieron a dar de comer al lobo si este no volvería a atacarlos y en cambio les ayudaría en lo que pudiera. Desde entonces San Francisco es considerado el patrono de los animales.

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