Paseando por la playa, hemos encontrado un cartel que prohibía expresamente los animales domésticos. Me ha parecido curioso porque considero menos recomendable que se pasee por la playa un león que un perro. De todas formas hemos proseguido nuestro paseo sin mayor problema. Además Rex conserva sus instintos salvajes de supervivencia y pertenencia a la manada, por lo que no lo catalogaría como un animal doméstico. Un ejemplo más de sus instintos es cuando paseamos por un estanque y aparecen patos. Trata de mantener la compostura, pero sus ojillos no pueden evitar mirar a los patos de refilón. Vamos que si le diera cancha teníamos pato en escabeche.
Es una muestra más de la polivalencia del schnauzer standard como cazador de roedores, patos, gallinas, ... Hace pocos post hablaba sobre el instinto de pastoreo reuniendo a la manada que manifiesta recorriendo arriba y abajo al grupo de senderistas, preocupándose de los rezagados. Cualidades que pone a disposición de su grupo, unidas a su buen carácter y obediencia.
Actualmente y con los tiempos que corren en España, una de las cualidades que más disfruto de Rex, es la de perro terapeuta. La vuelta a los orígenes, el contacto de la tierra en las plantas de los pies, su trufa húmeda metiéndola entre mis manos cada vez que me ve pensativo y me mira dicéndome: "vamos a pasear, estoy aquí, me da igual todo lo demás", y yo trato de seguirle...
