Rex, cuanto reconforta volver a tenerte a nuestro lado. Verte en casa, mirarte a tus ojos caídos, sentir tu húmedo hocico y estrujarte acariciando tu pelo. Mientras estabas en la residencia, nos encontramos con éste cuadro, que se encuentra en Heidelberg y más concretamente en el Museo de Farmacia dentro del Castillo. Nada más verlo, le dije a mi hija que lo fotografiara para poder enseñártelo.
Y es que lo romántico encaja perfectamente con vosotros los perros. Una actitud que, en palabras de Novalis, consiste en conferir a lo ordinario un sentido más elevado; a lo conocido dignidad de desconocido, y a lo finito una apariencia de infinitud.