
Reconoce Rex, que eres un poco cabezota, como buen schnauzer. Llegamos a la fuente y no querías beber. Con lo peludo que estás y el calor de este pletórico día, necesitabas refrescarte. Pero tú que no. Así que recordé que cuando en casa me ves que me levanto a beber un vaso de agua en la cocina, te falta tiempo para ponerte a beber en tu bebedero. Dicho y hecho, me puse en la fuente y acabamos bebiendo sincronizadamente.