miércoles, 28 de julio de 2010

"Nachwaechter-Brunnen" Stuttgart, Germany

La "Nachwaechter-Brunnen" es una fuente con una estatua situada en Stuttgart, que data de 1.620. Se trata de un vigilante nocturno, oficio que en aquella época debía ser casi tan peligroso como ahora. Si nos fijamos en el detalle del personaje, podemos deducir su trabajo nocturno por el farol que lleva en una mano, mientras que en la otra va armado con una alabarda, de lo cual deducimos la peligrosidad de su oficio.

Pero el vigilante no está solo. A sus pies un perro acechante le protege. Se trata de un primitivo Schnauzer. Todos los que vivimos con un Schnauzer, podemos sentir la tranquilidad que le debía infundir a nuestro Nachwaechter. El origen del Schnauzer estándar se remonta al siglo XV y desde el principio, su relación con el hombre ha sido como guardia de confianza y buen perro de familia. En la Alemania de los siglos XV y XVI, los granjeros que salían a comerciar sus productos, los utilizaban para proteger sus carretas. Estos perros de guardia demostraron desde el principio ser resistentes y fiables, y eran de un tamaño que no ocupaban demasiado espacio en el carro, siendo sin embargo muy feroces para repeler el robo y defender a sus dueños.

Así pues, el dueño de un Schnauzer, como desde 1.620 nos muestra la "Nachwaechter-Brunnen", encontrará en él , un atento guardián y un excelente compañero en la vida cotidiana, muy cariñoso con su familia, que siempre le será fiel y defenderá su propiedad, alejando a los extraños, ya que ésta era su tarea antiguamente.
Próximamente..."El Centinela".

miércoles, 14 de julio de 2010

Buen perro

El mundo es hostil. Hubo una época en la que tuve un gran maestro. Yo era su pequeño saltamontes. Él me preparó física y mentalmente para sobrevivir.
Tú que desciendes de los lobos me comprendes. Estás genéticamente listo para guardar y proteger a tu familia.
Ahora que el círculo comienza a cerrarse, echo de menos a mi maestro.
Por eso cuando me asaltan las dudas, pienso en que al finalizar la jornada, cuando me acueste, oiré tus pasos lentos y acompasados al acercarte y te oleré cuando te tumbes junto a mi cama. Entonces mientras respiras profundamente, te acariciaré y tu calma se prolongará en mi calma. Y en ese instante místico entre iguales te diré: "buen perro".

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